martes, 21 de febrero de 2012

Pasmo nº 85: Teorías de la conspiración

Hace unos días un conocido ha enlazado esto en el FACEBOOK comentando algo así como: “vais con retraso, nenes”. Como diciendo: yo sé más que vosotros, yo me entero de la “movida”...

Grecia pone en evidencia a la clase política.

A mi, qué quieren que les diga, nunca me han ido las teorías conspiranoicas. Creo que mientras haya formas menos elaboradas de explicar unos mismos hechos, hay que atenerse a ellas. Lo que viene siendo la navaja de Ockham de toda la vida, vamos.

De todas formas reconozco que las teorías de la conspiración tienen un atractivo indudable que hacen que tengan muchos seguidores:

1. Simplifican el mundo, lo hacen más fácil de comprender convirtiéndolo en un cuento de buenos y malos, de víctimas inocentes y verdugos irrecuperables.

2. Eliminan los misterios, acaban con los fenómenos inexplicables. Siempre hay una mente pensante detrás de lo que no entendemos. Cuando pasa algo de lo que no conocemos la causa... “han sido ELLOS”.

3. Provocan en los conspiranoicos un agradable sensación de superioridad. Ellos están “al cabo de la calle”, mientras que los demás no nos enteramos “de la misa la media”.

Piensen que, en el fondo, comparten muchas de las características de una fe religiosa. Se pueden basar en algunas pistas o indicios pero no pueden probar nada. Muchas veces los que profesan una fe (conspiranoica o de las tradicionales) nos hablan de cosas que son “evidentes”, pero sólo lo son para ellos...

Creo que, en el caso que nos ocupa, que es la situación política, es cierto que los poderes financieros son importantes y tienen mucha influencia. Pero esta circunstancia, unida a políticos corruptos, que buscan sólo ganar las próximas elecciones o directamente incompetentes y a un pueblo desinformado, acomodaticio e irracional, bastan para explicar el mundo en que vivimos sin necesidad de recurrir a extrañas conspiraciones.

viernes, 10 de febrero de 2012

Pasmo nº 84: Impresentable Cayo Lara. (Entre otros)

En el caso que me ocupa hoy, paso de mi pasmo habitual al cabreo más absoluto.

Como ustedes sin duda ya saben, el juez Garzón ha sido condenado UNÁNIMEMENTE por el Tribunal Supremo por prevaricar en el caso de las escuchas a la trama Gurtel.

Al parecer, según las declaraciones de jueces que he oído, la sentencia está extraordinariamente fundamentada y basada tanto en las leyes vigentes como en la jurisprudencia.

Era un caso bastante claro. Garzón se saltó a sabiendas los derechos fundamentales de unos procesados sin tener motivos legales para ello.

Pero lo que me pasma, alucina y cabrea son las declaraciones de algunos líderes políticos cuestionando la sentencia. Lean algunas declaraciones por ejemplo de Cayo Lara de IU:

"Es un día triste para la justicia española y para los demócratas, porque la justicia se ha quitado la venda de los ojos"[...]

"Vamos a tener dificultades para explicarles a nuestro hijos que los buenos fueron condenados y los malos no se han sentado en el banquillo"[...]

"no tiene por qué sentar precedente" con respecto a las causas pendientes, con respecto a la que ha dicho confiar en que "no sigan el mismo camino. Ello no quita la injusticia que desde nuestro punto de vista se ha producido"

No he encontrado las declaraciones completas pero las he oído por la radio y les aseguro que eran durísimas y a mi me dio la impresión de que estaba poniendo en cuestión la integridad e imparcialidad del Tribunal Supremo y de toda la Justicia española.

Pero lean otras declaraciones de líderes de IU.

Gaspar Llamazares, ha calificado la sentencia de "injusticia monstruosa" que ni respeta ni acata. (Ahí, ahí, con dos cojones).

"Es un linchamiento y un escándalo" ha escrito en Twiter.

Otro diputado de IU, el valenciano Ricardo Sixto, apunta en la misma red social: "Suprema injusticia. Suprema ignominia. Suprema estulticia. Suprema ceguera. Suprema barbaridad".

Y yo me pregunto, ¿pueden los políticos, representantes del pueblo, permitirse criticar de manera tan brutal una decisión judicial? ¿Dónde queda la separación de poderes? ¿Dónde queda el respeto y el acatamiento debido a las sentencias judiciales?

Se está prácticamente acusando alegremente a los jueces del Tribunal Supremo de prevaricar, es decir, de tomar una decisión injusta a sabiendas de que es injusta. Esto así, sin pruebas ni una denuncia formal, es simplemente una calumnia. Un atentado contra el honor de los jueces como personas y a una de las instituciones más importantes y fundamentales del Estado de derecho. Y es, por supuesto, poner en tela de juicio el propio fundamento de este Estado de Derecho, que es el respeto a las leyes por parte de TODOS (sean de los nuestros o de los otros). ¿O que querían, que como Garzón “mola” se hiciera la vista gorda a las evidentes ilegalidades (según la sentencia) que ha cometido? Nótese que no están está poniendo en cuestión la validez jurídica de la sentencia. No critican puntos concretos con argumentos legales. Al parecer simplemente querían la absolución no basándose en la legalidad sino “por ser vos quien sois”. Impresentable.

Para terminar me gustaría comentar lo de los “buenos condenados” y los “malos que no se han sentado en el banquillo”.

¿Qué es esta distinción entre “buenos” y “malos”? ¿Se puede ser más infantil?

A ver, señor Lara, aquí no se trata de buenos y malos. No se trata de que Garzón sea buena o mala persona (¿cómo se define eso jurídicamente?), ni tampoco de que las causas que perseguía nos sean más o menos simpáticas. Aquí se trata de si el señor Garzón se ha saltado las leyes o no. Punto. Y encima unas leyes que protegen los derechos fundamentales de los imputados (nos caigan mejor o peor tienen derechos. Es la base del sistema democrático y de derecho)

Si usted, señor Lara (y otros), es incapaz de entender esto, creo que no está capacitado para dirigir un partido político que se dice democrático.

P.D: Y que conste que no me alegro PARA NADA de la condena a Garzón. Que se declare culpable a un juez de la Audiencia Nacional, no es una buena noticia PARA NADIE, por mucho que algunos estén encantados y brinden con champagne. Hubiera preferido que se hubiera demostrado que era inocente o que al menos se trataba de un error del propio Garzón. Pero para TODOS lo jueces del supremo (recuerden la unanimidad) no hay ninguna duda: se saltó la ley a sabiendas de que lo hacía. Repito, una mala noticia.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Pasmo nº 83: "Cultural War"

Que conste antes que nada que soy profundamente laicista. No me gustan las religiones (aunque respeto el derecho de todo el mundo a practicarlas), no creo que la religión se deba enseñar en los colegios (excepto en su faceta de fenómeno históricos y su influencia en filosofía, artes,...) y no creo que ninguna religión deba ser tratada con más privilegios que cualquier otra organización o colectivo.

Dicho esto no puedo evitar pensar que las declaraciones de Rubalcaba respecto al concordato con la Santa Sede tienen mucho de la “Cultural war” a que tanto nos tienen acostumbrados nuestros políticos. Llámenme malpensado si quieren. Quizás lo sea.

Y ¿qué es eso de la “Cultural war”. Pues sencillamente se trata de desviar el debate político de los temas que realmente preocupan a los ciudadanos en el día a día para acercarlos a debates mucho menos importantes, amortizados u olvidados pero con una elevada carga ideológica y/o emocional.

Se trata en suma de desviar la atención de lo que realmente importa, de lo urgente, y atraer a sectores fuertemente ideologizados o incluso radicales.

Ejemplo claro de esta estrategia política ha sido, a mi entender, todo lo relacionado con la tan traída y llevada Memoria Histórica.

Pero aunque expertos en ello, no se crean que los del PSOE son los únicos que practican este tipo de cosas.

Para mi gusto, y recalco que es una opinión personal, la vuelta a la antigua ley del aborto, la absurda polémica sobre el matrimonio homosexual, el cambio de nombre de “Educación para la ciudadanía”,... son también formas de Cultural war. Son cuestiones que a una inmensa parte de los ciudadanos realmente no les afectan aunque propician apasionados y encendidos “debates de bar” y movilizan y enardecen a sectores conservadores fuertemente ideologizados.

En Europa los partidos conservadores no les dan tantas vueltas a estos temas ni cambian la ley del aborto cada vez que llegan al poder.

Dejen de marear la perdiz, señores políticos, y ocúpense de lo que realmente importa a los ciudadanos.

lunes, 6 de febrero de 2012

Pasmo nº 82: Esos malísimos mercados (y van 3)

Este fin de semana he tenido una instructiva charla (más para mi que para él, seguramente) con un chaval de veintitantos años. Un tipo inteligente, sin duda, pero para mi gusto demasiado ideologizado hacia la izquierda y con mucha vida por vivir.

La cosa empezó con los malísimos mercados. Culpables de la crisis, del déficit y de los enormes intereses que España ha estado pagando por su deuda.

Al parecer, poco a poco mi contertulio se fue convenciendo de que los problemas de las Administraciones Públicas no los han ocasionado (o al menos no totalmente) “los mercados” sino los políticos derrochones que nos han endeudado para hacer chorradas (los ejemplos son innumerables). Y si pagamos un alto interés por endeudarnos no es tampoco culpa de “los mercados” que son malosos y no nos quieren prestar más barato. Los mercados compran deuda barata a los que creen que la van a devolver seguro y más cara a aquellos que son menos de fiar.

No hay aquí maldad, sino una fría y despiadada lógica como la de una apisonadora, que si no te quitas de en medio te aplasta.

Bien, quedamos en que los políticos son los que han tomado decisiones que nos han dejado con el culo al aire ante los mercados financieros.

Pero no se crean ustedes que la cosa iba a quedar allí en nuestra charla. Los mercados no se iban a ir de rositas tan fácilmente.

Al final, resulta que los políticos no son los responsables de sus erróneas decisiones. Hay alguien por encima de ellos que maneja los hilos. ¿Adivinan quién? SIIIIIII. ¡Los mercados! Las grandes empresas, EL CAPITAL, vamos.

Parece hoy en día que por parte de algunos sectores hay una ganas tremendas de desviar la responsabilidad a entes abstractos o difíciles de aprehender. Pero yo no soy de los que sueltan fácilmente una vez he mordido y seguía a lo mío: -Bueno, pero en todo caso los políticos han sido sobornados o engañados o comprados.... Al final los políticos tienen responsabilidad...

Mi contertulio lo admitía pero como a desgana. El malo que mola son los mercados, EL CAPITAL.

Miren ustedes, yo no lo sé. Por principio soy contrario a las teorías conspiranoicas. Creo más en la estupidez que en la maldad ultraplanificada.

Yo no sé seguro cuál es la razón (o razones) que han llevado a muchísimos políticos españoles a malgastar el dinero como lo han hecho. Pueden haber sido, efectivamente, comprados por grandes empresas, o engañados, o pueden tener un ego tres tallas grandes que les lleve al “faraonismo”, o simplemente pueden ser imbéciles o que el cargo les venga grande (recuerden el principio de Peter).

Cada político tendrá sus razones para haber hecho lo que han hecho, lo que si tengo claro es que ellos han puesto la firma y A ELLOS hay que pedirles cuentas. En los juzgados a unos y en las urnas a otros. Pero tenemos que quitarnos de en medio a esa clase política.

Los que creen que los malos (o los únicos y principales malos) son los mercados creen que da igual qué políticos manden. Sólo son marionetas bajo poderes que sólo se pueden combatir destruyendo el sistema desde sus cimientos.¡LA REVOLUCIÓN!

Yo no lo creo así. Creo que otra forma de hacer política es posible, pero no votando, o votando siempre a los mismos hagan lo que hagan no la vamos a conseguir.

Ah, y recuerden que las revoluciones siempre tienen dos partes:

La primera (la fácil) que es destruir el sistema antiguo.

La segunda (la difícil) que es construir un sistema nuevo que funcione mejor (o al menos no horriblemente peor) que el anterior.

Más sobre esto mismo AQUÍ

jueves, 2 de febrero de 2012

Pasmo nº 81: Euskadi independiente ¡YA!

La última de Jesús Eguiguren es pedir “una Constitución Vasca, pero sin romper con España”.

Muchos españoles estamos hartos de los continuos órdagos de diferentes representantes vascos al Estado español.

Y es que una cosa es querer emanciparse de casa de los padres (aspiración legítima) y otra muy distinta querer ser el hijo favorito y privilegiado. Y también es diferente querer ser el hijo privilegiado a costa de tus continuas protestas de emancipación (o me das lo que quiero, o me voy de casa –o me pongo violento, porque guardo un cuchillo bajo la almohada-), o incluso querer vivir como si estuvieras emancipado (fiestas cuando quieres, horarios libres, llevar chicas a tu habitación...) pero sin irte de casa de tus padres.

A lo mejor va llegando la hora de aceptar el órdago, o incluso de ponerle al “niño” las maletas en la calle. Una solución a lo Cameron, vamos.

Yo plantearía un referéndum con sólo dos opciones (como Cameron):

1. Independencia total y absoluta de España con las condiciones que marque la UE.

2. Integración en España en las MISMAS CONDICIONES que el resto de Comunidades Autónomas.

Y a ver que dicen. Como decía, me parece, Rodríguez Ibarra: “Es hora de que el vértigo lo tengan ellos”.

Sólo plantearía dos condiciones para ello, que creo razonables:

a. Disolución total y absoluta de ETA, con todo lo que ello conlleva. Parece lo mínimo para poder asegurar un referéndum sin presiones ni coacciones.

b. Que los exiliados vascos por causa de ETA en el resto de España puedan votar. También parece justo ¿no?

Y hala, que decidan. ¿Tienen ustedes alguna duda sobre el resultado? Yo muy pocas.