sábado, 17 de octubre de 2009

Pasmo 10º: El cine español













El tema del cine español, su calidad o falta de ella, las subvenciones,..., es recurrente en muchos foros de opinión. La verdad, cuando uno se entera de que en España se hacen más películas "per cápita" que en Alemania o Francia y de que la mayoría de ellas (subvencionadas con dinero público, of course) no llegan ni siquiera a estrenarse o consiguen un número de espectadores (total) menor al centenar, el primer impulso es el grito desgarrado ante tanto despilfarro.

También entran ganas de llorar cuando uno ve los bodrios que se hacen en este pais y que pagamos entre todos vayamos a verlos o no.

Chungo.

Pero quizás merece la pena echarle al asunto una mirada más pausada y reflexiva y echarle un ojo a las peculiaridades del mercado de la distribución cinematográfica. Un ejemplo típico de como el mercado no tiende a la libre competencia sino al oligopolio.

En mi ciudad al menos, y me imagino que en todas las ciudades razonablemente grandes, hemos visto como los pequeños cines independientes han desaparecido desbancados por enormes multisalas ultramodernas. Estas multisalas son propiedad de las grandes majors del cine (como Warner) que, realizando lo que los economistas llaman una integración vertical, han entrado en el mercado de la exhibición para tenerlo controlado. Y han entrado tan a lo grande que controlan la práctica totalidad de la exhibición de una gran ciudad.

El resultado es que hay un número enorme de salas (no de cines) pero un número ridículamente bajo de películas en exhibición. Todos los cines exhiben las mismas.

En Zaragoza, sólo un cine de la cadena Renoir exhibe peliculas independientes, ya sean americanas o de otros paises.

Según tengo entendido (corríjanme si tienen información diferente) los grandes cines multisalas reciben las películas en lotes (un exitazo y varios bodrios) que están obligados a exhibir (órdenes de arriba, oiga) y además con un criterio comercial super estricto (estilo TV). Si una peli no obtiene una determinada taquilla el primer fin de semana, es eliminada.

Y aquí es donde pincha el cine español, con muy poco dinero para promoción, es imposible llegar rápidamente a una determinada taquilla ya que la difusión de la peli se va a hacer boca a boca y eso requiere tiempo.

Estas películas directamente no son exhibidas o lo son durante un tiempo ridículo. El exhibidor tiene una serie de películas que está obligado a echar y no gasta tiempo de proyección en una peli de dudosa (no necesariamente baja) rentabilidad. A mi me ha pasado querer ir a ver una peli española (El embrujo de Sanghai, por ejemplo), pasárseme el estreno por falta de publicidad y, cuando me enteré y me decidí a ir a verla, encontrame con que ya no estaba en cartelera.

Es un tema correoso y complicado. Yo no creo que las subvenciones sean la solución. Propician la mala calidad y el "divismo" de directores que se ruedan las pelotillas del ombligo sabiendo que van a cobrar aunque no vaya NADIE a ver su película.

¿Cuotas obligatorias de pantalla? ¿Subvencionar con porcentajes de la taquilla obtenida? ¿Dejar que se muera el cine español? No lo sé. Un tema para la reflexión.

P.D: Antonio Mercero, creador de grandes éxitos de la TV como "Farmacia de Guardia" o "Verano azul", dijo en una entrevista que "Farmacia de guardia", uno de los grandes éxitazos de la TV española, hoy en día no hubiera sobrevivido. Sin tener en cuenta el evidente cambio de los gustos, Farmacia de guardia no tuvo una audiencia gloriosa hasta que "maduró" y la gente se lo fue contando. "Hoy en día hubiera desaparecido de la parrilla a la primera semana".

Para pensárselo.

5 comentarios:

  1. Aunque yo haya arremetido en alguna ocasión contra el cine español y el pesebrismo, he de reconocer en frío que hay muchas películas que me gustan y gente con mucho talento dedicada al tema.

    El problema está en cómo consideramos al cine: Industria o arte, ya que tiene algo de las dos cosas.

    Si es industria, los criterios son claros: No se debe gastar un duro en lo que no es rentable. Ya está, nos hemos cargado el 90% de las producciones (la mayoría morralla prescindible, sin duda), pero en ese porcentaje hay seguro también un buen número de películas buenas. Con este criterio el cine español se limitaría a Torrente, la película más taquillera de la historia, ahí les duele a los divos del cine patrio.

    Si es arte, nos metemos en un jardín importante, porque resulta muchas veces imposible distinguir una obra transgresora, innovadora, etc. de un simple bodrio. AL menos para mí. Es lo mismo que me pasa con el arte conceptual o abstracto (tema del que espero dediques próximamente uno de tus pasmos): Al contemplar una de estas obras no sé si es que carezco de la sensbilidad suficiente o de formación artística para apreciarla, o simplemente es una estafa disfrazada de modernidad. ¿Quién establece los criterios para clasificar las creaciones artísticas, en este caso el cine? No podemos dejar que sean los cineastas quienes se encarguen de ese trabajo ya que son juez y parte y por tanto, barrerán para casa.

    Es un asunto complicado.

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  2. Procurando no entrar en el argumentario político.

    Estoy con Daniel en que lo primero es saber si estamos ante una industria o ante una manifestación artística. Si sólo se trata de una industria el criterio creo que sería el mismo que se aplicó a la siderurgia o a la naval. Si se trata de una manifestación artística habría que meterla en el mismo saco con las demás creaciones artísticas actuales y afinar un criterio común.

    Hay otra opción: se trata de una industria publicitaria que está disfrazada de arte. De hecho, no necesita ser un disfraz, uno de los fines primeros del arte es la propaganda ideológica y pongo como ejemplo el arte religioso.

    Respecto a las cuotas que imponen las productoras y distribuidoras es conveniente recordar que están las cuotas legales para proyectar producciones nacionales. Esas cuotas se suelen cubrir con salas vacías cuyo coste queda compensado con el precio de las entradas para ver las superproducciones o “pelis” de éxito. Pagamos, por lo tanto, dos veces esa película española sin ni siquiera conocer su nombre. Una, vía impuestos y, otra, por cuota de pantalla cada vez que pisamos un cine.

    Como apuntas, uno de los problemas es el del lanzamiento comercial inicial. Para determinadas obras no populares funciona mucho mejor el boca a boca que está reñido con los tiempos que se manejan por los expositores. La solución posiblemente esté en cambiar el sistema de distribución. Hoy en día, mediante la TDT, la televisión por cable, e Internet es factible y, aún más, ya se practica la televisión a la carta. Es tan fácil como crear en las entidades la obligación de mantener en sus stocks determinado porcentaje de la producción nacional (coste para estas entidades: cero) y cada ciudadano, enterado por el boca a boca a boca, o los foros, o cómo sea… acceda, mediante el pagar por ver, a las producciones que desee contemplar.

    Otra idea: que la Academia del Cine (¿), la Cinemateca Nacional, o cualquier otro organismo de interés público remita a domicilio una copia en DVD de los títulos españoles subvencionados, a petición del interesado, y con el precio de coste mas el beneficio empresarial que se estableciera.

    Todo sencillo, factible, económico y… democrático. Para el que alegue que frente al monitor, aunque sea de 50 pulgadas, siempre será mejor la pantalla del cine, le recuerdo que ese gustazo hoy por hoy no se lo puede dar, pues hablamos de películas que apenas se exhiben, y que en cualquier caso es dudoso que se lo debamos pagar el resto de los españoles.

    Un abrazo. Carlos56.

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  3. Desde luego, la pregunta del millón es si es industria o arte. Yo no lo sé, aunque cuando pienso en películas como "Mentiras y gordas" o "Fuga de cerebros" me resulta difícil relacionarlas con la palabra arte.

    En todo caso, si es un arte, tiene una diferencia sustancial con la mayoría de las disciplinas artísticas: El escritor o el artista plástico se enfrentan en solitario con el "lienzo en blanco" y con una inversión mínima pueden crear su obra (otra cosa es que luego llegue al público o no, pero la obra está terminada).

    El cine no es así. Para crear una película hace falta una enorme inversión económica y en recursos humanos. Por lo tanto el "artista" cinemátográfico (sea director o productor) tendrá que tener un ojo puesto en como va a pagar todos esos recursos que ha puesto en canción.

    Si no quiere verse condicionado por ese hecho, más le vale dedicarse a otra disciplina, como le habría recomnendado a un director jovencito que lei en una entrevista. Declaraba orgulloso que nunca iba a dejar que el criterio comercial condicionara su "visión artística", que el contaría lo que quisiera y como quisiera.

    "Pues muy bien", -pensé yo- coge tu ordenador y ponte a escribir un libro. No implicarás más recursos que tu tiempo". Quizás el problema es que escribir un libro no esté subencionado.

    Las ideas que plantea Carlos56 son interesantes. Toda la industria de "contenidos" tiene que plantearse un completo cambio en los medios de distribución, es decir en la forma en que esos contenidos llegan hasta el consumidor final. Los libros impresos, el cine en salas, la música en CD's,... empiezan a ser cosa del pasado.

    La distribución de contenidos puede ser ahora mucho más sencilla, directa y barata que antes, pero eso exige cambiar muchas mentalidades y, sobre todo que toda una industria se resigne a dedicarse a otra cosa (producir conciertos en vez de vender CD's, por ejemplo) y a tener menos beneficios. Pero abandonar el chollo cuesta, claro. Pero bueno, eso es tema de otro post.

    En cuanto al tema del concepto de arte, créeme Daniel si te digo que hace tiempo que lo tenía en mente. No me he animado por considerarlo un tema quizás demasiado filosófico. Pero la verdad es que es un tema jugoso.

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  4. Ah, carlo56 no te cortes. Entra en el argumentario político. Me interesa saber tu opinión.

    Mientras no caigamos en el ZP=KK o PP=facha toda aportación será interesante y, como confío en que tu reflexión será razonada y discreta, pues nada, anímate.

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  5. Yo tenía en mente otro aspecto que podría servir como justificante al tema de las subvenciones. ¿Sabéis cuanta gente trabaja en ese sector? Estaba escribiendo esto y pensando que sería un mal menor subvención vs. empleo y yendo a mirar las cifras del INE en cuanto a activos en la actividades cinematográficas....y ¡¡vaya chasco! me acabo de quedar sin argumentación. Aún con todas las reservas que ofrecen las estimaciones obtenidas de encuestas y todo ese rollo no llega a unas 50 mil personas activas en esa división de actividad (59 de la CNAE).

    Así que mejor me callo.

    PD. La idea de Carlos56 sobre que los ciudadanos pudieran adquirir los DVDs de las películas subvencionadas me parece bien. Un listado público y fácilmente consultable (y a un coste razonable) quizás, sólo quizás permitieran a los más cinéfilos/interesados hacerse con esas películas.

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